Granada: propiedades y características




Propiedades


La granada es una infrutescencia, fruto de un árbol llamado granado que alcanza hasta cuatro metros de altura, de la familia de las Punicáceas; pequeña familia de árboles y arbustos, cuyos frutos tienen semillas prismáticas y rugosas.
La fruta posee una piel gruesa de color escarlata o dorada con tono carmesí en el exterior y una gran cantidad de semillas internas rodeadas de una jugosa pulpa de color rubí. En oriente es considerada como un símbolo del amor y de la fecundidad y sus virtudes han sido difundidas por poetas tan conocidos como García Lorca.

Propiedades nutritivas

Es una fruta de muy bajo valor calórico debido a su escaso contenido de hidratos de carbono. El componente mayoritario es el agua y en lo que se refiere a otros nutrientes, tan sólo destaca su aporte mineral de potasio. Este mineral es necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal, interviene en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula. Otros componentes destacables son el ácido cítrico (de acción desinfectante, alcaliniza la orina y potencia la acción de la vitamina C), málico, flavonoides (pigmentos de acción antioxidante) y los taninos. Estos últimos son sustancias con propiedades astringentes y antiinflamatorias. Algunas de las acciones de los taninos son secar y desinflamar la mucosa intestinal (capa que tapiza el interior del conducto digestivo), por lo que resultan eficaces en el tratamiento de la diarrea. Los taninos se reconocen rápidamente por la sensación áspera que producen al paladar.
Composición por 100 gramos de porción comestible
Calorías31,8
Hidratos de carbono (g)7,5
Fibra (g)0,2
Potasio (mg)275
Magnesio (mg)3
Provitamina A (mcg)3,5
Vitamina C (mg)5,7
Calcio (mg)8
mcg = microgramos

Propiedades para la salud

Una vez desgranada, comer los granos puede ser una tarea divertida para los más pequeños, consumida como fruta fresca o como ingrediente de ensaladas para variar al máximo los hábitos dietéticos de los más pequeños.
Por su bajo contenido en calorías e hidratos de carbono, su consumo lo pueden contemplar quienes siguen una dieta de adelgazamiento y las personas con diabetes.
Los taninos que contiene esta fruta le confieren la propiedad astringente y antiinflamatoria en las mucosas del tracto digestivo. La corteza (malicorium) y los tabiques internos son las partes del fruto que más cantidad de taninos presentan. Por ello, el consumo de granada está indicado en caso de diarreas infecciosas, cólicos intestinales, flatulencia (exceso de gases) y estómago delicado. La corteza del fruto y las láminas o tabiques internos que separan cada grano poseen alcaloides con propiedades vermífugas, por lo que son muy eficaces para expulsar la tenia y las lombrices intestinales. Las cualidades antisépticas y antiinflamatorias que se le atribuyen a esta fruta, también se basan en su contenido en ácidos como el ácido cítrico y málico, responsables de su agradable sabor acidulado. El ácido cítrico favorece la eliminación de ácido úrico y sus sales a través de la orina, por lo que el consumo de granada es muy adecuado en caso de hiperuricemia o gota y litiasis renal por sales de ácido úrico.
La granada también contiene flavonoides, pigmentos vegetales responsables del color rojizo de sus granos, de acción antioxidante y antiséptica. Dichos componentes tienen la capacidad de captar radicales libres nocivos para el organismo, por lo que el consumo de granada contribuye a reducir el riesgo de enfermedades degenerativas, cardiovasculares y de cáncer.
Así mismo, por su elevado contenido en potasio y bajo en sodio, resultan muy recomendables para aquellas personas que sufren hipertensión arterial o afecciones de vasos sanguíneos y corazón. No obstante, su consumo deberá tenerlo en cuenta las personas que padecen de insuficiencia renal y que requieren de dietas especiales controladas en este mineral. Sin embargo, a quienes toman diuréticos que eliminan potasio y a las personas con bulimia; debido a los episodios de vómitos autoinducidos que provocan grandes pérdidas de este mineral, les conviene el consumo de granada.

Origen y variedades

Se sabe que el granado era cultivado en tiempos muy remotos porque se han encontrado indicios del consumo de esta fruta en tumbas egipcias de 2.500 años antes de la era cristiana. Se cree que los cartagineses introdujeron el granado en la región mediterránea a raíz de las guerras Púnicas, de ahí su nombre propuesto por Linneo: Punica granatum. Teofrasto describió este árbol alrededor del año 300 a.C. y Plinio se refirió a él como uno de los frutales más valiosos.
La granada es una fruta arbustiva oriunda de los países del este de Europa (Costa Dálmata y Grecia) y Oriente (Palestina, Irán, Afganistán, Paquistán), es decir, su origen se extiende desde los Balcanes hasta el Himalaya. Actualmente, su cultivo está extendido por diversos países de Europa, Asia y América, siendo destacable en países como Afganistán e Irán, con variedades especialmente perfumadas y sabrosas, Israel, Brasil y California. España es uno de los principales productores del mundo y el mayor exportador europeo. La superficie actual de granado en España supera las 2.500 hectáreas, con una producción próxima a las 20.000 toneladas. Las variedades más producidas en España, sobre todo en Andalucía y la zona levantina (Alicante y Murcia) son: Grano Elche, que madura entre octubre y noviembre, y Mollar de Játiva o Mollar de Valencia, de recolección más temprana, con unos precios de venta generalmente más elevados, debido a la escasez de producto en la época de recolección.

Cómo elegirlos y conservarlos

Aunque las granadas empiezan a aparecer en los mercados a mediados de septiembre, es entrado el otoño cuando esta fruta nos ofrece sus granos en toda su plenitud, y se mantiene hasta finales de enero. La granada se debe de recolectar antes de que madure completamente, si no es así, el fruto explota en el árbol. El grosor de su piel hace posible almacenarlas durante meses y que resista bien el transporte.
Conviene elegir la fruta sin cortes ni magulladuras. Una granada de calidad se presenta ausente de grietas de crecimiento y sin arrugas en la piel, que pueden ser una consecuencia de retraso en su recolección. Es muy importante que la piel esté dura y tersa y que tenga un color vivo con matices marrones. Hay que elegir los ejemplares de buen tamaño y de elevado peso respecto a su tamaño. Se puede abrir cuando la cáscara adquiera un tono pardo. Las granadas se mantienen en buenas condiciones durante varios días si se conservan a temperatura ambiente. Si no se van a consumir inmediatamente, es preferible guardarlas en el frigorífico, y así se alarga su vida útil unas tres semanas.
Fuente: Eroski